Juicio

NADIE TE JUZGA

Mi Inspira de hoy es breve. Solo quiere ser un recordatorio de algo que yo necesito traer a mi mente casi a diario: no exigirme a mí misma de la forma en que lo hago. Porque la exigencia, la frialdad y la dureza nos reclaman que aprendamos a tratarnos con amor, con calor y con cariño. Porque nunca vamos a mejorar y a crecer si nos juzgamos como lo hacemos, tampoco si constantemente estamos recordando nuestros errores y nuestros fallos. Fallamos, claro. A cada momento, pero es que en eso consiste esta experiencia, en equivocarnos y en caernos. Y desde luego yo, si cuando me caigo me exijo, me juzgo y soy fría conmigo, no me levanto. Sin embargo, si me abrazo, me acompaño y me acepto, me levanto rápido y casi sin rasguños.

Eres imperfecto, te equivocas, cometes errores, a veces incluso haces daño sin haber querido. Sientes miedo y rabia y celos. Eres humano. Vuelves a llamarle cuando dijiste que jamás lo harías. Vuelves a pasar por la misma experiencia que juraste que nunca repetirías. Y está bien. Recuérdalo. Está bien. Poco a poco lo harás mejor si sabes ser compasivo contigo. Si sabes apoyarte, en vez de castigarte.

Nadie te juzga más que tú. El Universo del que formas parte solo puede amarte.

Observa cómo te tratas, lo que te dices, lo que te exiges y cómo tu mente te engaña queriendo que seas perfecto, como si todavía no lo fueras.

Feliz presente,

Almudena Migueláñez.

Photo by Tim Marshall